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Toggle¿Eres de los que entrena a tope, tienes buenísimas sensaciones durante toda la semana y cuando llega la carrera… explotas?
Hace unos días me llegó este comentario de un lector de la web.
“Hola Pedro.
Tengo un problema importante que desde hace años me persigue. He cambiado más de cinco veces de entrenador y creo que al final el problema voy a ser yo. Va a ser mi cabeza y la verdad es que me tiene desesperado.
Soy corredor de ultratrail. Llevo muchos años corriendo, más de 12 y hace 5 comencé con la competición, pero mi experiencia ha sido horrorosa. Tanto que me afecta psicológicamente en mi día a día. Sigo los entrenamientos que me envían los entrenadores, como correctamente, me suplemento como me indican, duermo mis horas correspondientes, pero cuando llegan las carreras, el pulso me sube a tope, la respiración no la llevo acompasada porque voy como más cansado de lo habitual y no soy capaz rendir como en mis entrenamientos. La verdad, es que estoy desesperado.
¿Tú podrías ayudarme con alguno de tus entrenamientos?
Muchas gracias”.
Bueno. Algunas personas tienen pánico escénico a las carreras. El hecho de llevar un dorsal en la espalda les crea una presión extra que puede hacerse insoportable. Si antes de comenzar la carrera tu pulsómetro marca 120 pulsaciones porque estás supernervioso… tenemos un problema.
Pero este caso era diferente.
Hicimos la primera toma de datos y estaba todo correcto. En los primeros entrenamientos que le envié, realizamos varios trabajos con electroestimulación y voluntario para conseguir un extra de fuerza. La recuperación fue muy buena. Este chaval estaba muy bien preparado.
Llegó el día de la primera competición, y le pedí que grabara su pulso durante las carreras. Ese día le pasó como siempre, explotó en los primeros 5 kilómetros, pero estos datos grabados nos dieron muchísima información. Así y todo, preferimos esperar a la segunda carrera para tener más datos y confirmar lo que sospechaba.
Efectivamente, la siguiente carrera sucedió lo mismo pero ya había dado con la tecla de por qué le ocurría esto.
Las dos carreras que había hecho nuestro hombre, eran por la tarde, con una temperatura por encima de 30 grados. El, siempre siempre siempre entrenaba por la noche o tarde noche, incluso los fines de semana por debajo de 25 grados. Ese era el problema.
No se puede entrenar durante años a una hora fija, realizar la competición a otra hora distinta y esperar tener buenos resultados. Aunque la actividad que realizas es la misma, las condiciones a las que te enfrentas son totalmente diferentes;
- temperatura ambiental,
- luz,
- humedad,
- necesidad de menos agua por la noche para entrenar porque no hace tanto calor,
- el músculo no trabaja de igual manera a altas temperaturas y no consigue refrigera…
y además tu cuerpo no funciona igual a lo largo del día.
Si has estado entrenando durante años a última hora del día, tu organismo tiene programado que a esa hora es cuando tiene que rendir mejor, porque es cuando le toca exprimirse. En el momento que una de las variables de horario o de temperatura cambian, al no estar aclimatado a ello, el pulso se dispara, la respiración es más rápida, los músculos no responden igual porque hace más calor o más frío, te deshidratas antes…
La solución para esto es tan sencilla como complicada. Solamente hay que variar la hora de entrenamiento para que tu cuerpo pueda adaptarse a las competiciones de por la mañana o por la tarde. Entrena a la misma hora que tendrás la competición y tu cuerpo rendirá mejor en competición. Digo que es complicada esta estrategia porque tienes que trabajar al menos 5 días a la semana para llevar el pan a casa, y no le vamos a decir al jefe “nos vamos a entrenar a las 16.00 porque dentro de dos semanas tengo carrera a esa hora…”
Estaría bien poder hacerlo, ¿verdad?
Una solución que puedes dar a esto es “entrenar en la sauna”.
Si tu gimnasio tiene sauna, acaba allí el entrenamiento.
Te explico.
Realiza tu entreno de running o ciclismo y termina en la puerta del gimnasio. Cámbiate dentro. Pásate un agua rápida y ve a la sauna. Entra durante cinco minutos. Sal un minuto pero no te duches. Espera a enfriarte con la temperatura ambiente. Vuelve a entrar por 5 minutos y sal otro minuto. Esto hazlo cuatro o cinco veces. De esta forma, el cuerpo se hace a temperatura alta y sobre todo se acostumbra a refrigerar por sí solo, obligando a desarrollar el sistema de “refrigeración”. Esta técnica te ayudará a aclimatarte a temperaturas altas para mejorar en las carreras de por la tarde o de calor extremo.
También puedes mirar una sauna portátil y hacerlo en casa.
Ya sabes. Varía tu hora de entrenamiento para poder adaptarte a todas las condiciones que se presentan en carrera, pero si no puedes, usa la sauna para aclimatarte al calor y tu cuerpo recuperará y refrigerará antes.
Sé Feliz
Pedro García