Desde que estoy en el mundo de deporte, me ha gustado siempre comer sano. Sin obsesionarme por supuesto, pero si puedo elegir entre una manzana ecológica o una manzana que ha estado en cámara… prefiero la ecológica.
Hace poco tiempo descubrí los poderes mágicos de los productos germinados.
Sí sí, mágicos. Si eres capaz de hacer germinar algo tan sencillo como una pipa de girasol… lo que tomas ya no es una simple pipa, es un superalimento.
Te cuento cómo y por qué.
Este artículo trata sobre...
ToggleUn germinado de semilla es un alimento vivo
El germen al estar en contacto con la humedad y tener el calorcito que necesita, ha brotado. Ya no es una semilla con la información genética encapsulada en el germen. Ahora es un alimento que está vivo, que ha multiplicado sus enzimas. Sus aminoácidos están a tope para que la nueva planta crezca. Las vitaminas han aumentado en número para dar alimento a la nueva criatura… todo en la nueva planta se está multiplicado para que tenga éxito la nueva vida que comienza.
Pues bien, si tú incorporas estos alimentos germinados tu dieta… ¿Qué crees que te puede ocurrir con todos los aminoácidos, vitaminas y enzimas que tienen?
Correcto, que tú también vas a recibir esos beneficios.
¿Cuáles son los beneficios de comer germinados?
Los germinados tienen multitud de beneficios para tu cuerpo:
- Te ayudan a regular tu intestino, aliviando el estreñimiento.
- Ricos en vitamina C. Son un potente antioxidante.
- Tienen multiplicadas sus vitaminas; Vitamina B1, B2, B3, E, K…
- Y también están al máximo sus minerales; Calcio, Hiero, Potasio…
- Son una importante fuente de clorofila, que mejora tus defensas y purifica la sangre.
- Fortalecen el sistema inmune.
- Ayudan a desintoxicar tu cuerpo.
- Son una fuente de proteína de calidad. Hasta casi el 50% en según qué germinados.
- La flora intestinal se beneficia porque se regenera.
- El colesterol malo se regula y el bueno lo sube.
- Ayudan con la regeneración de todas tus células.
- Incluso son beneficiosas para regular el peso.
Y lo mejor de todo… son gratis. No te costará nada más que las semillas y lo puedes hacer en tu casa.
¿Qué tipo de semillas o legumbres puedes germinar?
Yo voy a lo sencillo. Utilizo pipas de girasol y lentejas. Una vez están germinadas, las guardo en un tarro y a la nevera. Cuando las necesito para ensaladas, para acompañar un yogur o para complementar una tortilla, las cojo de la nevera y echo un puñado. Es curioso cómo cambia por completo el sabor de la semilla germinada con respecto a cuando está sin germinar. Esto lo noto mucho en las pipas. Todos tenemos en nuestra mente el sabor de las pipas de girasol. Pues bien, cuando germinan, ya no sabe a pipa. Saben a verdura. Cambia por completo su sabor y su textura.
Te cuento qué semillas o legumbres puedes germinar en casa.
Alfalfa, soja, trigo, garbanzo, pipas de girasol, maíz, cebada, guisante, pipas de calabaza, sésamo, lentejas, centeno… eso sí, trata de que no sean de cultivos transgénicos. Si la compras en una tienda ecológica, que te garanticen su procedencia. Que sean semillas ecológicas.
Yo compro medio kilo de pipas de girasol crudas de cultivo ecológico. Las compro en el Corte Inglés, en la sección de ecológicos. Aunque algunas veces no se puede arrimar mucho a las secciones de ecológicos por los precios que hay, las pipas no tienen un costo elevado. El precio es de 2€ aproximadamente. No es un valor elevado para todo los beneficios que me aportan.
También cojo las lentejas de las ecológicas para este fin.
Elígelas tú también de las buenas, de la ecológicas y no tengas preocupación por la economía.
Medio kilo de pipas o de lentejas duran muchísimo tiempo porque ten en cuenta que al germinar, cuadriplican su tamaño. Como si una bolsa de medio kilo se convirtiera en dos kilos. Así de mágico es. Aunque si alguna vez no tengo ecológicas, las cojo directamente de la bolsa de lentejas que compro en Mercadona o Carrefour.
Si te vas a animar a esto del germinado, ten presente estos consejos.
No todas la semillas sirven. Ni tomate, ni melón, ni sandía, ni pimientos, ni patatas, ni berenjenas… las llamadas solanáceas, ya que cuando germinan, éstas son tóxicas para el ser humano.
Estos germinados necesitan calor y humedad y en estas condiciones también pueden crecer bacterias. Para ello, siempre las manos muy limpias, al igual que los utensilios que utilices.
Lava muy bien y varias veces las semillas o legumbres a germinar para evitar cualquier riesgo de bacterias indeseadas.
Una vez hayan germinado y tengan el color y tamaño que buscas, rápidamente a la nevera. Al ser un alimento vivo, el frigorífico es el lugar donde se tienen que conservar.
Si pasado un tiempo no las has tomado y ves un cambio de color o de olor, tíralas. De esta manera evitamos cualquier tipo de riesgo alimentario.
Evita que sean semillas transgénicas o que vengan de cultivos industriales. Muchas veces tienen insecticidas o están tratadas genéticamente y ya que elegimos, vamos a procurar que sean de la máxima calidad. Trata de que sean ecológicas. Valen un poquito más, pero vale la pena ya que es un alimento que se estira bastante, es decir, una semilla, saca un brote grande y cunde bastante.
¿Y cómo se puede germinar una semilla?
Para comenzar, cogeremos dos de las que a mí más me gustan y que están al alcance de todos, pipas de girasol y lentejas. Tienen un germinado fácil y rápido y su sabor es agradable.
Vamos a necesitar 1 frasco grandecito de vidrio para hacer germinar nuestras semillas. En este caso yo he cogido pipas de girasol.
En el frasco vamos a poner un puñado de pipas. Si quieres hacer germinar cualquier otro grano o semilla, perfecto.
No eches muchas porque recuerda que luego se tienen que hacer grandes.
Si han de competir por el espacio… no nos va a quedar tan bien como nos gustaría. Así y todo, con la práctica irás viendo cuál es la cantidad correcta de semilla que tienes que poner a germinar.
IMPORTANTE que la semilla esté todavía viva. Que no esté tostada ni haya sido congelada.
Una vez tenemos las semillas en el frasco, echamos agua hasta cubrirlas por completo y la dejamos reposar 12 horas.
Si el agua es depurada, mucho mejor todavía. Cuanto menos contaminantes tenga el agua, mejor te van a salir los germinados.
Si el bote tiene tapón hermético, no lo cierres. Tiene que entrar el oxígeno en el. Usa una gasa con una goma alrededor para taparlo. Coloca el bote en un lugar oscuro y que esté calentito.
Una vez hayan pasado 12 horas, quita el agua. Vuelve a enjuagar las semillas con agua limpia y tras un par de minutos con el nuevo agua, escúrrelas bien para quitar todo el exceso de agua.
Quitado el exceso de agua, coloca el bote en posición horizontal para que las semillas tengan el máximo espacio posible entre ellas. Reparte las semillas a lo largo del recipiente y déjalo en ese lugar calentito y oscuro de antes y tapado con la gasa.
Durante 3 días, cada 12 horas vuelve a enjuagar las semillas, vuelves a quitar el agua y lo dejas de nuevo en posición horizontal y con las semillas repartidas, en el lugar oscuro y calentito del principio.
Pasado 4-5 días, los brotes comienzan a salir.
Para mantener la humedad, les echo agua de vez en cuando con un pulverizador. De esta manera están húmedos los brotes y el proceso de germinación continua avanzando, pero con enjuagarlos una vez al día, es suficiente.
Una vez han germinado, los brotes los coloco cerca de una ventana la mitad del día para que les den la luz indirecta. De esta manera los brotes se ponen verdes y se llenan de clorofila. Entre otras cosas consigo así aumentar también la vitamina C.
Tanto la vitamina C como la clorofila activan mis defensas cuando entran en mi cuerpo y favorecen mi rendimiento muscular y deportivo.
Una vez han germinado, los guardo en otro bote. Los escurro bien para quitar el exceso de agua y los entro en la nevera. Me vienen durando como mucho una semana.
¿Y cómo se comen estas semillas germinadas?
No es necesario cocer estas semillas germinadas ni tienes que guisarlas. Se pueden comer directamente tal y como están.
Durante la semana voy comiéndolos en ensaladas, acompañando alguna sopa o como complementos a las tortillas. Incluso de vez en cuando, echadas a algún yogur.
Como ves, es una manera sencilla de nutrir tu cuerpo con un alimento rico en vitaminas, proteínas, enzimas y minerales. No es muy complicado de hacer y todos tenemos a mano la posibilidad de comprar pipas de girasol crudas o lentejas de calidad, pero recuerda que se puede hacer con multitud de semillas como alfalfa, garbanzo, judías, brócoli…
Sé feliz y nutre tu cuerpo con alimentos de calidad.
Pedro García.