Parece algo muy obvio, pero en esta frase tan corta debe de haber algo que no entra en la cabeza de los deportistas aficionados.
Este artículo trata sobre...
Toggle¿A cuántas personas conocemos que hacen ejercicio con una lesión?
Unos arrastran desde hace algún tiempo una tendinitis rotuliana y se ponen una goma, esparadrapo o cinta justo debajo de la rodilla.
A otros les pasa lo mismo pero en el antebrazo, por ejemplo aquellos que practican deportes de raqueta, golf… y no son capaces de recuperar de una vez la epicondilitis.
Los hay que llevan mucho tiempo en el gimnasio y tras años de mover cargas excesivas tienen problemas con algunas articulaciones, manguito rotador, rodillas, espalda…
Hay multitud de técnicas e infinidad de productos que nos pueden ayudar a salir de las lesiones, pero es un error depositar toda la confianza en ellos sin poner de nuestra parte. Pensar que una crema, que un masaje, que una sesión de acupuntura, que la crioterapia, que el taping, que la electroestimulación… va a conseguir hacer el milagro de sacarnos de la lesión por arte de magia mientras seguimos haciendo ejercicio a la misma intensidad, es un frecuente error en el que caemos muy a menudo.
La primera cosa que debemos hacer cuando tenemos una lesión o cuándo nos duele algo es poner por encima de todo el sentido común . Nos pensamos que si dejamos de entrenar vamos a perder la forma o vamos a coger peso y por eso seguirnos haciendo deporte muchas veces a la misma intensidad, sin dar importancia a la lesión ni a sus posibles consecuencias.
Como el cuerpo es sabio, cuando entrenas con una lesión, para hacerse menos daño trata de aliviar de cargar la zona lesionada. Por ejemplo si te duele una rodilla, involuntariamente cargas la pierna buena y comienzas a cojear de la mala para tratar de cargarla menos, hasta que la pierna buena también se carga, se lesiona y es entonces cuando rompes.
Al entrenar lesionados estamos obligando a trabajar a nuestro cuerpo por encima de sus límites.
Si hay una lesión, un dolor, una inflamación, significa que de alguna manera hemos excedidos los umbrales de nuestro organismo con algún sobreentrenamiento, malos movimientos, flexiones, entrenamiento extremo… Nuestro cuerpo se defiende de esa agresión con una inflamación o con un dolor . Tenemos que ser lo suficientemente sabios para saber escuchar aquello que nos está pidiendo, y hemos de dárselo.
Lo que nos pide cuando se lesiona nuestro organismo no es otra cosa que aliviarlo de carga para que se pueda recuperar, en definitiva; descansar . Esa es la mejor actitud que puedes tomar cuando tienes un dolor o lesión provocado por exceso de deporte.
Si notas que estás lesionado, es importante que vayas a visitar al especialista y que te de su opinión. Si te permite seguir haciendo deporte moderadamente, por favor visita el diccionario de la Real Academia Española y busca la palabra Moderado . Trata de aplicar ese significado a tu día a día deportivo.
Si te dice que descanses, hazle caso y para.
Es mejor estar dos o tres semanas totalmente parado que seguir entrenando y arrastrando la lesión meses tras meses con la posibilidad de crear un daño de por vida .
No vale la pena darle caña al organismo cuando está lesionado. Tómate en serio tu cuerpo y cuando estés lesionado por favor, recupérate del todo .
Sé Feliz
Pedro García