Me levantaba por las mañanas muy cansado, sin energía y llegaba a la noche totalmente agotado. Además, tenía hambre continuamente. ¿También te pasa a ti? Mira cómo lo solucioné yo. Ahora vuelvo a tener energía desde las 5.55 de la mañana.
Después de la Titán Desert 2014 en la que tuve el placer de participar, llegué a casa un poco tocado. Tenía calambres en los pies de manera continua y la mano izquierda había perdido sensibilidad debido al machaqueo continuo de aquel terreno. Venía “hecho un trapo”.
Una prueba tan extrema como la Titán Desert me había comido toda mis energías y vitalidad, y como no tenía gana después de este gran esfuerzo de hacer “más esfuerzos”, entonces me relajé.
Comía lo que me apetecía; pastelillos, chocolate tras cada comida, croissant rellenos de chocolate para merendar, cereales con azúcar para desayunar… tenía en mi alimentación una anarquía total. Buscaba el no ser esclavo de la comida, el disfrutar con aquello que me gustaba y el comer lo que me apeteciera.
Claro, en dos semanas comencé a ver los resultados de aquella actitud. Aparte de pillar dos kilos de más, empecé a notar que cada día me costaba más levantarme por las mañanas. Normalmente mi reloj suena a las 5.55 de la mañana. Había días que no podía levantarme de la cama. Estaba agotado. Apagaba el reloj y seguía durmiendo hasta las 8.00, hora en la que mi señora se levanta. Pero así y todo, seguía cansado, y a medio día tenía que volverme a echar un rato de siesta. La energía había abandonado mi cuerpo. Tampoco tenía energía suficiente para entrenar ni con la bicicleta, ni en el gimnasio, ni con el electroestimulador. El cuerpo no me pedía que hiciera deporte porque no le apetecía y porque no era capaz de reaccionar ya que le faltaba la vitalidad. Si hacía deporte, tenía que ser despacito. No podía con mi vida.
Este artículo trata sobre...
ToggleNo me estaba gustado cómo reaccionaba mi cuerpo. Ni tantos kilos de más, ni esa falta de energía.
Yo le echaba la culpa a la Titán Desert, pero ya habían pasado muchas semanas.
Un día que salía en bicicleta, expuse esta misma situación con mi compañero de entrenamiento y me dijo que a él le pasaba igual. No tenía energía y también se había abandonado a la buena vida, comiendo pastelillos y chocolate cada vez que le apetecía, y entonces vi dónde estaba el problema.
Ese mismo día decidí cambiar de nuevo mis hábitos alimentarios. Dejé los dulces, el chololate, los croissants de chocolate y los cereales con azúcar y los cambié por queso bajo en grasa, verduras a la plancha o al vapor con condimentos ricos para que supieran bien, pollo a la plancha, pescado a la plancha, piña, jamón de pavo, atún, sepia a la plancha, salmón a la plancha…
En tres días todo cambió. Me volvió la energía y la vitalidad y por supuesto, empecé a bajar de peso. En esos tres días bajé un kilo de peso. Al cuarto día tenía de nuevo vitalidad para entrenar con la bicicleta pero lo que más me gustó es que a las 5.55 cuando sonaba el despertador, podía levantarme de la cama de un salto para comenzar el día con energía.
¿Por qué pasó esto?
En un artículo anterior hemos visto porqué cuando comes algo dulce, al rato tienes hambre https://www.deporteysaludfisica.com/por-que-cuando-comes-algo-dulce-al-rato-tienes-hambre/
Esto es lo que sucede:
Los alimentos ricos en hidratos de carbonos de asimilación rápida, los que tienen mucha azúcar y harinas refinadas, son unos ladrones de energía . En el momento que entran en nuestro cuerpo nos sentimos muy bien, porque el azúcar llega directamente a la sangre, pero cuando la insulina bloquea esa gran inyección de azúcar, el mismo cerebro te está pidiendo más azúcar. Entra la energía muy rápida en tu cuerpo pero enseguida es bloqueada por la insulina. Por esto me encontraba tan cansado cuando decidí comer lo que me apetecía.
Sin embargo cuando tú tomas alimentos que no tienen azúcar, la energía que liberan estos es continua y fluida. No tiene picos como sucede con los alimentos dulces. Es un flujo continuo de energía. De esta manera, tu cuerpo tiene más energía y vitalidad y durante más tiempo. Este es el motivo de por qué los alimentos que no son ricos en azúcar ni están compuestos de harinas refinadas te dan más vitalidad a lo largo del día.
Haz la prueba solamente durante una semana. Verás la diferencia.
Cambia las galletas del desayuno por una tortilla de tres huevos, con yemas incluidas.
Cambia el croissant de media mañana por 100 gramos de jamón de pavo y un yogurt desnatado.
Cambia el plato de pasta del medio día por 150 gramos de pechuga de pollo o pavo a la plancha con verduras al vapor.
Cambia el bocadillo de la tarde por dos latas de atún con tomate y cebolla más una pera.
Cambia la pizza con patatas o el bocadillo de la noche, por una parrillada de verdura con 120 gramos de Salmon a la plancha.
Solamente durante una semana y anota resultados.
Pésate, mide tu cintura abdominal por el ombligo y sobre todo, anota cómo te encuentras de energía cada mañana al levantarte y a lo largo del día. Te vas a sorprender lo que puede hacer por ti y por tu vitalidad la buena alimentación.
Si lo probaste y quieres dejar tu comentario, puedes hacerlo al final del artículo. Tu opinión será valiosa para muchas personas.
Animo y pruébalo. Te darás cuenta de que estos nuevos hábitos son mucho mejores para tu cuerpo.
Ya sé que están más ricos los otros alimentos, pero…
¿Qué precio estás pagando por no tener una fuerte voluntad?
¿Realmente vale la pena ser esclavo de esos alimentos tan ricos pero tan ladrones de energía?
Pruébalo por una semana y te convencerás. Si no te gusta lo que sientes, siempre puedes volver a los alimentos de antes. Pruébalo
Si te gustó el artículo y la experiencia que sentiste, gracias por compartirlo con tus amigos en Google+, Facebook y Twitter.
Sé feliz y no permitas que tu cuerpo sea esclavo de los malos alimentos.
Pedro García
Un comentario
Cuánta razón! Yo en enero de este año me planté y decidí eliminar por completo la bollería de mi vida y lo noté una barbaridad, desde entonces y desde que empecé a correr he perdido 20 kilos, he bajado mi nivel de colesterol y he perdido más de 10 cm en las caderas. Vamos que un cambio radical jajja. Pero lo mejor es lo que comentabas de la energía, ahora me he acostumbrado pero las primeras semanas de enero fueron espectaculares, me levantaba pronto sin problemas y no paraba quieta!