Cómo conseguir tus metas. Diferencia entre motivación y constancia

¿Has pensado alguna vez por qué cuesta tanto conseguir aquello que te propones?

Resulta realmente difícil llevar a cabo un reto y conseguirlo, ya sea perder peso, ir al gimnasio, comer correctamente, salir a hacer ejercicio cada día, sentarse a estudiar, preparar unas oposiciones, hacerse un zumo de naranja cada día o tomar aquellas semillas que sientan bien a tu cuerpo… Todos comenzamos con muchas ganas e ilusión los nuevos retos. La motivación es alta y el ánimo también al empezar cualquier nueva empresa, pero a medida que van pasando los días, la motivación va cayendo y la ilusión también. No tienes fuerza para ser constante y dejas aquello que un día comenzaste con muchísimas ganas.

¿Sabes por qué sucede esto?

Vamos a explicarlo con un ejemplo. Imagina que te pones como reto salir a caminar todos los días durante una hora a un ritmo rápido.

La mayoría de las personas que comienzan un nuevo reto, un nuevo proyecto, depositan todas sus esperanzas en la ilusión y en la motivación. Es fácil que al comenzar cualquier cosa nueva, el nivel de motivación esté muy alto, y la ilusión también. En esos primeros comienzos, es sencillo encontrar tiempo y ganas para aquello que te ilusiona. Tienes en tu mente el resultado que conseguirás y… eso te gusta. No hay nada que te pare. En el caso de nuestro ejemplo, los primeros días estás deseando que llegue la hora de salir a caminar. Cuando llega ese momento, te pones tu ropa de deporte y adelante, a realizar ejercicio. Terminas algo cansad@, pero el esfuerzo ha valido la pena.

A medida que van pasando los días, la cosa se pone más complicada. Ya el fin de semana no sales a caminar porque has quedado con los amig@s, y el lunes… ufff, cuánto cuesta. El martes lo haces pero de mala gana. Miércoles y jueves consigues realizar la rutina, hasta el viernes, que te apetece más ir de compras. Como no ves grandes resultados en el tiempo que llevas haciendo ejercicio, te cansas, y tres semanas después ya no tienes ninguna ilusión ni ganas de seguir con el proyecto.

¿Y cuál es la clave?

Hay dos motores que nos hacen conseguir nuestros objetivos: La motivación y la constancia.

La motivación: Es aquel motor que nos hace arrancar, el que nos ayuda a iniciar cualquier proyecto y nos proporciona el impulso, la energía y la ilusión para comenzar.

La constancia: Es aquel motor que consigue los objetivos.

Y si es tan fácil… ¿por qué fallamos tanto y no conseguimos nuestros objetivos?

Jejeje, esta es la clave. No conseguimos nuestros objetivos porque la mayoría de las personas depositamos todas nuestras esperanzas de éxito en la motivación.

Todos empezamos con mucha ilusión cualquier nuevo proyecto, pero la ilusión… tarde o temprano se va. Hay días más motivantes en los que el trabajo ha ido de maravilla, el jefe no te dio demasiado la lata, los niños en casa se portaron bien… pero también tenemos días desastrosos en los que no te sale ni una derecha. Esos días lo único que te apetece es estar tumbad@ en el sofá y comer chocolate. Si depositas tu esperanza de éxito en un motor tan volátil como es la motivación… vas a fracasar y no conseguirás nada de aquello que te propongas porque para conseguir el éxito, se requiere constancia.

Si tú depositas todas tus esperanzas en la constancia, cada día harás sumarás. Cada día harás algo que te acecará poco a poco a tu objetivo final. Lo harás con mayor o menor entusiasmo, con más o menos ganas, pero lo harás. Un día, y otro, y otro, y otro, y otro, y otro… es la única manera de llegar a conseguir tus metas, sea cual sea. Habrá días que lo hagas con mayor ilusión o con más ganas, y otros días… aquellos días en los que la jornada haya sido dura en el trabajo o en casa, y sea complicado comenzar, pero lo harás.

Esta es la clave mi querido amiguit@ para conseguir el éxito en aquello que te propongas, ya sea para perder peso, para mejorar en tu deporte, para mejorar en los estudios o para preparar unas oposiciones. No deposites todas tus esperanzas en la motivación para alcanzar tus metas. La motivación está fantástica para comenzar, pero lo que realmente te llevará a conseguir tu meta es la constancia.

¿Y cómo se consigue la constancia?

Más adelante trataré de hablarte de ello, pero te adelanto el secreto: Rutinas. Créate rutinas que faciliten esa constancia.

La rutina es un fino y delicado hilo que te va envolviendo poco a poco hasta que llega un momento que no puedes romperlo, no puedes deshacerte de ella.

Sé feliz

Pedro García

Ejercicio personas mayores

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