Los 10 mandamientos de la madurez feliz. Envejece como Dios manda

Una sonrisa es mucho más que un gesto amable en la cara

Hace algún tiempo recibí un correo electrónico que se titulaba “Los 10 mandamientos de la madurez

En ella se describían 10 hábitos para ayudar a las personas a ser un poquito más felices cada día.

Me gustaría hoy compartir esos hábitos contigo. Estoy seguro que te ayudarán a tener una vida más plena y más feliz. A mí me ha servido de mucho y de vez en cuando, la releo para que no se me olviden. La sexta es mi favorita

No sólo tenemos que entrenar nuestro cuerpo. También el espíritu y el pensar de forma positiva, necesitan entrenamiento.

Recuerda que las personas somos como el vino, los buenos se hacen mejores y los malos… se avinagran.

Te dejo con los 10 mandamientos de la madurez feliz.

1. Cuidarás tu imagen cada día del año. Vístete y arréglate cada día como si fueras a una fiesta. ¡Qué más y mejor fiesta que vivir y disfrutar la vida!

2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y si puedes, mejor al campo a pasear y a disfrutar de todo lo que te rodea. El agua estancada se pudre y la máquina que no se usa, se oxida… no dejes que tu cuerpo se oxide.

3. Amarás al ejercicio físico como a ti mismo. Un ratito de gimnasia, una caminata razonable en el gimnasio, en casa, en la calle o en el campo. Contra inercia: diligencia.

4. Evitarás actividades y gesto de viejo derrumbado y cansado de la vida. Nada de cabezas gachas, espaldas encorvadas, pies arrastrándose. ¡NO! Que la gente diga un piropo cuando pasas.

5. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Si abusas de estos malos hábitos, acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás. Además, te dejarán solo, y no querrán estar contigo porque nadie quiere estar escuchando historias de hospital, ni cuantas pastillas tomas al día. ¡Deja de autoproclamarte viejo!

6. Cultivarás el optimismo y la alegría sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara. Sé positivo en los juicios, ten buen humor en las palabras, sé alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es una cuestión de años, sino de estado de ánimo.

7. Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y siempre que puedas, ayuda a tu prójimo. Ayuda con una sonrisa, con un consejo, o un servicio.

8. Mantendrás ocupadas tus manos y tu mente. Huye de la inactividad del tiempo ocioso. La actividad es una terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística… ¡Son medicina para todos los males!

9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego las del hogar, integrando a todos los miembros de la familia y suavizando todas las asperezas en las que tú puedas ayudar. Ahí tienes la oportunidad de convivir con todas las edades; niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. Luego ensancharás el corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean exclusivamente viejos como tú. ¡Huye del bazar de antigüedades!

10. No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de que entre las espinas florecen las rosas.

Desconozco el autor de estas bonitas y sabias reflexiones, pero quería compartirlas contigo.

Espero que estas palabras te puedan ayudar en el caminar de la vida y hacer tu día a día un poquito mejor.

A mí me sirven de mucho, sobre todo me ayudan a tratar de no quejarme y de dar gracias a la vida por lo que me da cada día.

Sé Feliz
Pedro García

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