Me he lesionado, ¿Utilizo frío o calor?

Cuando los deportistas se lesionan, muchas veces los vemos con bolsas con hielo sobre la lesión.
Otras veces escuchamos que se están aplicando calor para salir de la lesión.

Tú que no eres un profesional del deporte pero sí que quieres recuperar más rápido en caso de lesión… qué crees que te vendrá mejor para acelerar tu recuperación y volver cuanto antes a tu actividad normal, ¿el frío o el calor?
Vamos a ver qué usar en cada momento.

¿Cuánto utilizamos frío?

• Cuando alguna parte de nuestro cuerpo sufre una contusión (un golpe en la rodilla por ejemplo, o en el muslo)
• Cuando tenemos una torcedura de algún miembro (rodilla, muñeca, tobillo…)
• Si hemos realizado un ejercicio extremo y sabemos que la recuperación posterior va a ser de más de tres días (una competición por ejemplo o un entrenamiento por encima de nuestra zona de confort)

En estos casos, el frío va a retener la inflamación y va a facilitar la recuperación, disminuyendo de esta manera el dolor tras la lesión, impacto o entrenamiento duro, pudiendo volver antes a la actividad normal.

El frío se debe aplicar sobre la zona afectada en el menor tiempo posible. Si te doblas por ejemplo un tobillo jugado a fútbol o te das un golpe en el hombro jugando a tenis y no tienes a mano una bolsa de frío químico, puedes ir al bar más cercano (casi siempre al lado de una zona deportiva hay un bar o restaurante) y pedir que te echen unos hielos en una bolsa. Aplícate ese hielo durante al menos 10 minutos y evitarás en gran parte la inflamación.

Una vez llegues a casa, vuelve a aplicar otros diez minutos de hielo en la zona. Si la contusión no ha sido importante, lo normal es que al día siguiente te encuentres mejor. Si todavía tienes inflamación pasada la noche, aplícate hielo durante tres veces al día por diez minutos. En un par de días estarás list@ para seguir con tu actividad deportiva.

Por supuesto si la contusión o lesión es importante, visita al médico. El siempre tendrá la última palabra sobre cómo tratar esa lesión en particular.

IMPORTANTE: Recuerda de no aplicar el hielo directo sobre la piel ya que te puedes quemar. Siempre desde una bolsa y si tienes la piel muy sensible, pon un pañito encima de la zona donde vas a aplicar el fío para que no te hagas daño. Si tienes herida, es mejor curarla y taparla antes de utilizar el frío sobre ella.

¿Cuánto utilizamos calor?

Una vez que han pasado las 48-72 horas y la inflamación ha bajado, es el momento de utilizar el calor. Importante el dato de referencia de la inflamación: si hay inflamación en la zona, no se debe aplicar todavía calor. Es necesario seguir con el hielo hasta que la inflamación baje del todo.
El calor ayuda a relajar la zona afectada, favorece la dilatación de los vasos sanguíneos aumentando el riego en la zona y mejora la movilidad en caso de aplicarlo en articulaciones, por lo que reporta buenas sensaciones y acelera la recuperación.

No sólo se puede aplicar calor en un miembro lesionado o contusionado. También viene aplicar calor cuando:

• Tienes una contractura.
• Te duelen los huesos.
• Quieres acelerar la recuperación de las roturas o microroturas de músculo.
• Tienes dolores articulares.

NUNCA APLIQUES CALOR TRAS UNA LESIÓN O CONTUSIÓN. Si hay inflamación, aplicar frío.

Para aplicar calor hay distintas técnicas. Desde las lámparas de infrarrojo que puedes encontrar en cualquier supermercado, hasta las almohadas eléctricas que te envían calor allá donde las pones e incluso las bolsas de agua caliente.

Siempre te recomiendo que estas técnicas te las aplique el fisio y si tu lesión es para mucho tiempo, te lesionas con facilidad o necesitas tener este tipo de equipos en casa, que sea tu fisio quien te de las indicaciones sobre cuánto tiempo y cómo utilizarlo para tu caso concreto.

Yo he utilizado siempre dos técnicas para aplicarme calor que me han ido muy bien.

Una ha sido calentar un paño con la plancha y aplicármelo en la zona. Todos tenemos plancha en casa y es sencillo de utilizar. El paño ha de ser como de toalla, para que guarde bien la temperatura. Se calienta con la plancha encima durante unos 10 – 15 segundos y seguidamente se pone en la zona afectada. Siempre por supuesto controlando el tiempo para evitar que el paño se queme.

Otra técnica que he utilizado ha sido el barro. Este lo venden en herbolisterías y lo hay de distintos colores según para qué lo vayas a utilizar (verde, rojo…). Mojas el barro en agua, lo entras en el microondas u horno y lo calientas. Con cuidado te lo aplicas en la zona y dejas que se enfríe. El calor del barro es duradero y se va filtrando en la zona aplicada.
Este método del barro me gusta mucho, pero es algo más sucio que la plancha ya que después hay que quitar ese barro en la bañera.

Por supuesto el calor tampoco lo aplicaremos directamente sobre las heridas.

En resumen:

Aplicaremos frío cuando la lesión sea reciente, evitando de esta manera la inflamación o al menos reduciéndola al máximo.

Aplicaremos calor cuando tras haberse producido la lesión (después de 48-72 horas), no haya inflamación en la zona afectada. También lo utilizaremos para recuperar las buenas sensaciones en contracturas musculares o dolores articulares.

Espero que no tengas que utilizar nunca estos remedios, pero si los necesitas, ya sabes qué utilizar en cada momento.

Siempre siempre siempre, tu médico. fisioterapeuta o traumatólogo tiene la última palabra. Si no lo ves claro o tienes alguna duda, ellos están ahí para ayudarnos.

Sé Feliz
Pedro García.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
1
¡¡¡Hola!!!
¿Estás buscando algún producto?
¿Quieres que te ayude?